Existía una fuente situada en el hondo de un valle ubicado en la cercanía de Olmedillo de Roa (Burgos), donde los nogales y almendros dan las notas especiadas y las zarzamoras y cerezos las notas afrutadas.
Quizás nuestros abuelos sabían que esa zona era singular, que su terreno y clima daban algo peculiar. Por eso, allí plantaron las cepas que hoy nos sirven para hacer nuestro vino Pago de Fuentecojo.
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