El Mar Mediterráneo ha sido el canal de difusión de las antiguas civilizaciones. Fenicios, griegos, romanos navegaron por él para conquistar otros territorios.
Por tanto, es lógico que el origen y la expansión de la cultura del vino se encuentre íntimamente relacionada con el Mar Mediterráneo. Aunque los primeros restos de consumo de zumo de uva se sitúan en Oriente Próximo y Asia Menor, el Mediterráneo fue el medio a través del cual se transportaba de manera más rápida y cómoda por todo el continente europeo.
Los primeros rastros de consumo de vino se remontan a 5.400 años antes de Cristo y se encontraron en Oriente Próximo, lo que hoy es Irán. Allí se ha documentado el primer rastro químico de vino, en concreto se encontró ácido tartárico (producido por la uva) y resina de un árbol en unas jarras de cerámica.
En Egipto, encontramos las primeras etiquetas descriptivas en la tumba del Tutankamón (año 1.300 a. C). La descripción incluye datos como el año, la casa, la calidad, la procedencia de la uva y hasta el viticultor. Un ejemplo de las etiquetas encontradas detalla lo siguiente:
“Cuatro Años. Vino de muy buena calidad de la Casa-de-Atón de la orilla occidental del río. Viticultor jefe Khay”.
La antigua civilización egipcia contaba con una avanzada técnica de elaboración del vino, pues en los yacimientos arqueológicos se han encontrado prensas y fábricas de ánforas para guardar el vino.
Posteriormente fueron los fenicios, los comerciantes del mediterráneo, los que comenzaron a difundir la viticultura y la producción de vino (800 – 600 a. C). Su conocimiento era tal que fueron capaces de planificar viñedos de acuerdo al clima y la topografía.
De hecho existen restos arqueológicos que explican que el desarrollo de la viticultura en la región de Valdepeñas se debe a la influencia fenicia. En el yacimiento arqueológico del Cerro de las Cabezas (siglo VI al II a. C) se han encontrado restos de cerámica, alfarería y diversos utensilios vitícolas fenicios.
De las antiguas civilizaciones mediterráneas las más importantes fueron la griega y la romana. Durante siglos controlaron el Mediterráneo y a ellos les debemos la popularización de la elaboración y el consumo de vino. Profesionalizaron la técnica de producción y dotaron a esta bebida de un cierto status, pues era utilizada en ceremonias religiosas, banquetes, celebraciones oficiales…